Cómo destruir una cultura sana en 5 pasos

La máxima para destruir una cultura podría definirse como “divide y vencerás”. La cultura es la forma de ser de una sociedad —o una micro sociedad, tal como una organización—, y esa forma de ser colectiva existe gracias a la cohesión y densidad de los vínculos entre las personas que formen parte de ese grupo. 

Esos lazos que nos conectan unos a otros, están determinados por una serie de elementos simbólicos que conforman una cultura, incluyendo los valores compartidos, rituales que expresan esa forma de ser y las relaciones que nutren el sentido de pertenencia que los seres humanos necesitamos para nuestra más básica seguridad psicológica. 

Inclusive las culturas más sanas, cohesionadas, consolidadas y con mayor tradición, pueden destruirse si se toma la ruta correcta para ello. Por eso (y para que los interesados puedan evitarlo), es importante entender cómo es que se puede aniquilar una buena cultura: 

1.     Destruir los lazos de confianza

La confianza nace de la percepción de seguridad psicológica que se crea en un ambiente donde las personas sienten que pertenecen, con la seguridad de poder mostrarse tal y como son. Por eso, para deshacer los lazos de confianza, basta con crear división e incertidumbre, reforzar el individualismo y el culto a la personalidad de algunos liderazgos. Si insistimos lo suficiente, lograremos incomodarnos tanto unos a otros, que deterioraremos toda la colaboración posible, todo sentido de unidad y posibilidad de avanzar hacia un norte común.  

2.     Asegurarse de que la desmotivación sea alta

La motivación y la felicidad están relacionadas con la satisfacción de las necesidades. La conocida pirámide de necesidades de Abraham Maslow nos propone pensar una jerarquía, con una base donde se encuentran las necesidades más esenciales de vida, seguridad y amor, hasta otras superiores, relacionadas con la realización personal y el sentido de la vida. La clave para aniquilar toda felicidad y motivación es asegurarse de mantener las necesidades insatisfechas y hacer todo lo posible por evitar entender y resolver los problemas que puedan estar causando la desmotivación. Hacerse de la vista gorda siempre funciona, lo mismo que creer fielmente en realidades alternas construidas imaginariamente para no tener que ver lo que esté al frente. 

3.     Evitar la comunicación asertiva

Como la comunicación es clave para crear y mantener vínculos positivos, evitarla será una de las formas más rápidas y eficaces para destruirlos. Si evadimos tener las conversaciones difíciles, respetuosas y empáticas, lograremos que las tensiones y los malentendidos se acumulen lo suficiente para lograr destruir la confianza y la motivación, por ende, la cultura. 

4.     Tomar decisiones basadas en sesgos personales y no en evidencia de datos

Descartar la evidencia para tomar decisiones nunca falla. Siempre termina conduciendo a perpetuar sistemas centrados en el culto a la personalidad, los sesgos mentales y los intereses destructivos. Siendo tan sencillo como lo es ahora el tomar decisiones con base en evidencia de datos, hay que tener un particular cuidado para lograr este objetivo, así como un esfuerzo intencional para ir contra corriente. Pero todo es posible si uno se empeña lo suficiente. 

5.     Nunca desarrollar de forma positiva a las personas que son líderes

Finalmente, pero no por ello lo menos importante, para destruir una cultura sana es clave cultivar los liderazgos destructivos. Los líderes son los agentes de cambio de la cultura, quienes perpetúan y fortalecen la cohesión o quienes logran crear la suficiente división interna, tensión, desconfianza y desmotivación para que el grupo se divida en silos, y para que el diálogo y la colaboración se tornen inviables. Si designamos líderes que logren establecer incertidumbre e individualismo, estaremos en el camino correcto para aniquilar la cultura que queramos borrar del mapa. 

Lo bueno es que la receta a la inversa también funciona y que es posible crear las condiciones para que nuestra cultura sea la base de bienestar, prosperidad y productividad que queremos para nuestras organizaciones y la sociedad. 

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